Como buen tejedor, seguro que tienes algún proyecto que un buen día empezaste y que, sin saber cómo ni por qué, acabaste dejando en un segundo plano para empezar otras cosas que te apetecía más tejer. Con el paso del tiempo ese proyecto sabes que nunca lo acabarás pero te encanta el material con el que tejiste y… te encantaría reutilizarlo. Seguro que has probado a tejer otra cosa con él, pero el tejido no está quedando como cuando quitaste la etiqueta al ovillo. En este paso a paso te vamos a enseñar a reutilizar esos ovillos que ya tejiste una vez.
Para este tutorial vamos a utilizar una muestra que ya teníamos tejida y bloqueada con nuestro algodón Pima. Si en vez de algodón, tu material es lana, no te preocupes, el proceso que te vamos a enseñar aquí es exactamente el mismo. También necesitarás un recipiente para poder mojar el material y un poco de algodón (u otra fibra) de otro color que sea más claro que el tejido que vas a deshacer (blanco o crudo sería lo ideal), así evitarás que haya transferencia de color y se manche el material.
Lo primero que vamos a hacer es deshacer el tejido que ya teníamos hecho.
Al mismo tiempo que vas deshaciendo ve haciendo un ovillo para que el material no se enrede.
Cuando tengas todos los ovillos hechos, es el momento de convertir éstos en madeja. Para hacerlas te puedes ayudar de un libro, si el ovillo es pequeño, o del respaldo de una silla, si tienes ovillos más grandes. Si dispones de una devanadora también puedes utilizarla para este paso.
Una vez que tenemos la madeja, identifica los extremos de la misma.
Los extremos se colocan como ves en la imagen superior, siguiendo la dirección natural de los mismos dentro de la madeja.
Ahora vamos a asegurarnos de que la madeja no se deshaga durante el proceso. Corta unas hebras del ovillo que tienes de otro color más claro y anuda éstas alrededor de la madeja. Pon una de ellas en el cruce de los extremos para que después, cuando la pongas a remojo, no se enreden y puedas trabajar de una forma cómoda.
Sumerge la madeja por completo en agua a temperatura ambiente. empújala poco a poco hacia abajo para que se sumerja por completo y la parte de arriba también se moje. Recuerda que si el agua está caliente tu material tenderá a encogerse y, en el caso de la lana, a afieltrarse.
Al mismo tiempo que vas mojando la madeja, ve también estirándola, para que el rizo se vaya deshaciendo.
Deja la madeja en remojo durante, al menos, media hora.
Cuando tu madeja esté lista, sácala del agua y escurre ésta sin retorcer.
Para retirar el exceso de agua envuelve la madeja en una toalla y presiona suavemente, sin frotar. Repite este proceso tantas veces como sea necesario hasta que notes que tu madeja está húmeda y no chorrea agua.
Pon la madeja en una percha y deja secar en un lugar en el que no le dé el sol directamente.
Una vez que tengas la madeja seca, retira las hebras que has utilizado para atarla y evitar que se deshiciera o se enredara durante todo el proceso.
Ahora vuelve a hacer un ovillo, sin apretar demasiado, para que la lana no se marque ni se estire.
Ya estás listo para empezar un nuevo proyecto con el material como si hubieras quitado en ese momento la etiqueta.
Esperamos que te resulte útil este paso a paso y que lo emplees para dar una nueva forma a esos ovillos que tienes tejidos y en stand by. No te olvides de compartirnos tus nuevos proyectos en redes sociales con el hashtag #weareknitters ¡Siempre es un placer!