Últimamente escucho por todas partes una frase que seguramente os va a parecer de lo más familiar. Esa maravillosa frase es: “¡No me da la vida!”. Parece que desde hace un tiempo tenemos la constante idea de que somos muy creativos, pero no sabemos darles salida a todas nuestras ideas ¿Y si no fuera así? ¿Y si simplemente es que tenemos que cambiar el plano de nuestras rutinas? ¿Y si probamos a tejer en público?
En mi Instagram ya hablé sobre esta idea hace unas semanas. Pero hoy quiero aprovechar el blog de WAK para comentaros qué es lo que hago yo para, primero, ganarle minutos al día y, segundo, para no agobiarme y sentir que mis días se esfuman sin que pueda vivirlos. Porque no nos engañemos, ¡¡Hay una vida fuera del mundo del crochet y del knitting!!
¿Por qué no unirlos?
Gracias a We Are Knitters, he podido vivir un fin de semana rodeada de lanas y amig@s. Y he comprobado que, si se quiere, ¡¡se puede!!
¿Has probado alguna vez el gusto de tejer rodeada de los que más quieres?
Yo suelo utilizar los momentos de reunión con mis amigos para terminar proyectos que ya tengo encaminados y para los que no tengo que pensar mucho. Así puedo seguir el hilo de las conversaciones que van surgiendo.
Reconozco que la primera vez que saqué mi aguja y mi ovillo para ponerme a tejer (Fue en una despedida de soltero y soltera en Amsterdam), la impresión de mis amigos fue “Really?”. Tuve que explicarles que esta era mi nueva pasión y que, al igual que yo siempre les apoyaba en sus aventuras, esperaba de ellos que no me hicieran sentir mal por verme disfrutar de mi arte en público.
Eso sí, hay momentos en los que no tengo más remedio que soltar la aguja. Aunque cambiarla por un tenedor, no está tan mal.
Cualquier momento para crochetear y tejer es perfecto. Mientras esperas a tus amigos en una cafetería, en la sala de espera del médico o sentada en el vagón del metro. A mí personalmente me gusta tejer en público y os animo a perder esa vergüenza, pues ganaréis minutos de vuestras vidas.
Al principio nos sentimos observadas. Pero recordad, no te observan a ti, admiran tu arte.
Es por esta razón que aprendí a sentirme bien mientras le ganaba horas a mi vida crocheteando en público y uniendo dos de mis pasiones, mis amigos (que los amo con locura) y el crochet.
Disfrutar de un vino, mientras charlas y crocheteas, es un gusto nivel Dios para nosotras ¡¡Probadlo!!
¡¡Sacad vuestros ovillos y agujas a la calle!! Ganadle minutos al día y ya de paso darle una visión diferente a las personas que os rodean. Mostradle que nosotras somos capaces de embellecer su visión; fuera de rutinas y de gente que corre mirando su reloj.
Seguro que ahora os preguntaréis: ¿Y cómo lo hago Ali?
Lo primero que os contestaría sería que cada una tenemos un tipo de personalidad y no a todas nos sirven las mismos consejos. Algunas somos más introvertidas que otras y nos cuesta un poco más destaparnos públicamente y salirnos de la normalidad. No pasa nada, práctica. Pero sí que os puedo dar algunos trucos que a mí me funcionan, ojalá te funcionen a ti también:
- Lleva siempre un ovillo y aguja en tu mochila o bolso, nunca sabes cuándo te va a apetecer sacarlos o vas a encontrar la oportunidad.
- Utiliza una bolsa de tela para llevar tus proyectos dentro del bolso o mochila. Si no se te mancharán los ovillos y sabemos que eso ¡no gusta!
- Antes de coger cualquier ovillo, planifica. No te lleves el ovillo entero. Ovíllate solo aquellos colores y cantidades que creas que vas a utilizar.
- Recuerda llevar a la calle solo proyectos para los que no tienes que pensar mucho. Así, no será un engorro sacar el patrón o ponerte a contar en cada momento. Simplifica, y las presiones que pudieran surgir se esfumarán.
- ¡¡No te olvides la aguja!! No sabes cuántas veces me ha pasado… ¡¡Qué coraje!!
- Y este último punto es a tono personal, pero a lo mejor a ti también te anima para crochetear en público:
¡¡Conjunta tu proyecto con tu outfit!!
Los colores de los ovillos de We Are Knitters son perfectos para ello. Tienen unas tonalidades muy actuales que quedan fenomenal con cualquiera de los looks que te propongas ese día en el que decidas salir a la calle a mostrar tu arte.
¡Disfruta y comparte tu superpoder!
4 comments
Yo llevo años tejiendo en la calle. Es un gustazo porque me hace las esperas mås cortas y me relaja. Es todo lo que has dicho…
A mi no me disgusta tejer en la calle pero como hago amigurumis pues tengo que contar y contar y me distraigo.
Yo llevo años haciendo punto en el transporte público de Madrid, especialmente el metro. Antes iba siempre leyendo. Ahora siempre llevo una labor en el bolso por si tengo la suerte de ir sentada y así poder avanzar. Me doy cuenta que algunos me observan y no me molesta. Casi siempre alguien me hace algún comentario agradable sobre que les recuerdo a alguien de su infancia o que bonito el color, me preguntan por lo que estoy haciendo, si saben de punto me preguntan algo más técnico. Cuando no llevo mi labor lo echo de menos.
Suelo tejer, en las esperas de las consultas médicas, hospital….. y en el coche en los viajes largos