Para los que tejemos, las agujas se han convertido en una constante prueba de superación, a parte de ser un hobby muy divertido. Una vez empiezas, tienes ganas de probar más y más puntos, de ver si puedes crear una prenda más elaborada que la anterior, te atreves a sacar un patrón propio e incluso te haces con algunos trucos, como una verdadera experta 😉
Yo, que llevo tejiendo desde la carrera, empecé con un simple cuello a punto bobo y con el paso del tiempo, tras probar y probar, me he enamorado por completo de las trenzas. Es por eso que para este post elegí tejer el kit Gesture Sweater, cuyo dibujo es simplemente precioso. También influyó bastante la lana con la que se diseñó esta prenda, que es la Baby Wool. A pesar de que es la lana más finita y cuesta un poco más de trabajo, sólo por el tacto que tiene, ya merece la pena todo tipo de esfuerzo.
Nuestra comunidad es muy grande y muchas veces debatimos sobre nuestro sitio ideal para relajarnos y tejer un poquito y, la mayoría coincidimos en que para nosotros, el oasis está en el sofá de nuestra casa. Cuando acabas de trabajar y solo quieres desconectar, te dejas tirar en el sofá, te echas la manta encima, coges tu par de agujas WAK y al lío. En mi caso, mientras estoy en la faena tejeril, siempre pienso en cómo voy a combinar la prenda que estoy tejiendo con el resto de mi armario. Y es por eso que a veces se me va la cabeza y en vez de seguir el patrón, me saco el diseño de la manga, como me ha pasado a la hora de tejer este suéter (jeje). En este caso, no hay ningún problema, porque como ya he dicho, amo las trenzas y, por mí, cuantas más mejor, pero en otras ocasiones, prefiero tener la libreta donde guardo todos los patrones, a mano, just in case.
Para mi Gesture Sweater elegí el color beige y como me gustan mucho los colores neutros, creo que lo combinaré con mis jeans rotos de color negro y mis bluchers marrones. Seguro que queda genial 😉
A muchos de los knitters también nos gusta tener a mano un buen café, té o chocolate caliente mientras tejemos. La sensación de calidez que nos proporciona este vicio es tan placentero que muchos deseamos que el invierno no se vaya nunca y que esto dure para siempre. Es que mientras tengamos ovillos WAK con los que jugar, el verano puede esperar.”
Colaboración: Olga Ballester