Los tapices son una tendencia cada vez más de moda. Podemos usarlos de manera decorativa en casi cualquier habitación y además nos ofrecen la posibilidad de personalizarlos a nuestro gusto si los hacemos nosotros mismos. Podemos hacer tapices utilizando cartón, madera, bastidores de bordado… Y escoger los materiales que más nos gusten.
Hoy te enseñamos a crear tu propio tapiz redondo con solo unos pocos materiales, ¡es una manualidad muy divertida!
MATERIALES
Para hacer tu tapiz, necesitarás:
– Restos de lana gorda y lana fina en los colores que más te gusten.
– Algodón Pima para crear la base del tapiz.
– Un bastidor de madera en el tamaño que quieras, nosotros hemos usado uno de 15 cm. Solo necesitarás el aro interior. También puedes encontrar telares circulares aquí
Lo primero que haremos será crear la urdimbre de nuestro tapiz utilizando el algodón Pima. Sobre este entramado de hilos será donde tejeremos después la parte más decorativa, por eso importante hacerlo con cuidado y pacientemente 🙂
Con el algodón, haz un nudo en el aro interno del bastidor, y coloca el hilo tal y como ves en la imagen superior.
Pasa el hilo sobre el aro del bastidor de delante hacia detrás y de abajo hacia arriba a través del interior del bastidor hasta que vuelvas a tenerlo sobre el aro. Este paso es muy importante, así que amplía la foto para verlo bien.
Por último, vuelve a hacer pasar el hilo a través del bastidor sobre la hebra que formamos en el paso anterior. Habrás completado una figura de “infinito” sobre el bastidor, pero desplazada unos centímetros del primer hilo.
Repite los pasos anteriores hasta haber cubierto toda la superficie del bastidor, la urdimbre formará una especie de estrella cuyas hebras se entrecruzan en el centro. Como ves, la parte central es algo caótica, así que vamos a arreglarla.
Enrolla un par de veces la hebra con la que estás trabajando alrededor de las hebras centrales y verás como éstas se ordenan.
Por último, anuda de nuevo el algodón en el bastidor. Ya tenemos preparada la urdimbre y ahora viene lo más divertido.
Corta unas cuantas hebras de lana, tanto gorda como fina, en los colores que quieras combinar.
Empieza a enrollar la hebra en los hilos de la urdimbre, haciéndola pasar a través de los hilos de algodón, tal y como haríamos en un tapiz rectangular.
Da una vuelta completa a todo el tapiz hasta volver al punto de inicio. No hay una manera exacta de trabajar sobre tu tapiz, puedes hacer pasar la lana a través de todos los hilos, saltarte uno de cada dos… ¡la clave está en probar y variar!
Cuando hayas dado unas cuantas vueltas con el primer color, cambia a la lana gorda y repite el proceso. Lo bonito de estos tapices es combinar texturas. Incluso puedes añadir una cinta de seda en algún color llamativo.
Para cambiar de una hebra de lana a otra, simplemente deja unos centímetros de ambas hebras por la parte trasera, y escóndelas después con ayuda de la agujita lanera entre los puntos del tapiz, así no se moverán de su sitio.
Como puedes ver, en la sección tejida con lana gorda hemos saltado 1 punto de cada 2, para conseguir ese efecto de diferentes texturas entre las dos lanas.
Continúa añadiendo vueltas en diferentes colores y tipos de lana hasta que el tapiz tenga el tamaño deseado. No llegues hasta el aro de madera, deja un espacio.
Una vez completado el tapiz, asegúrate de rematar todas las hebras que encuentres por el lado revés. Después puedes colgarlo de la pared a modo de cuadro o simplemente colocarlo en una estantería como si fuera un objeto decorativo más. Se nos ocurre que varios tapices redondos de diferentes tamaños quedarían genial colgados de la pared 🙂
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